"Llega un día, ya ve, y llega muy temprano para muchos, en el que se acabaron las risas, como suele decirse, porque detrás de todo lo que se mira lo que se ve es la muerte.
-Sí, se la comprende de repente, no se sabe porqué ni a propósito de qué, y entonces todo en la vida cambia de aspecto. Yo, desde hace quince años, noto que me erosiona como si llevara dentro un animal roedor. La he sentido poco a poco, mes a mes, hora a hora, degradarme como una casa que se derrumba. Me ha desfigurado tan completamente que no me reconozco. Ya no tengo nada de mi, del hombre radiante, fresco y fuerte, que era a los treinta años. La he visto teñir de blanco mis cabellos negros ¡Y con qué lentitud sabia y maligna! me ha quitado mi piel firme, mis músculos, mis dientes, todo mi cuerpo de antaño, dejándome solo un alama desesperada, que también se llevará muy pronto.
-Me ha desmenuzado, la bribona, ha realizado suave y terriblemente la larga destrucción de mi ser, segundo a segundo. Y ahora me siento morir en cuanto hago. Cada paso me acerca a ella, cada movimiento, cada soplo apresura su odiosa tarea. Respirar, dormir, beber, comer, trabajar, soñar, todo lo que hacemos es morir. ¡Vivir en fin es morir!
(...)
-Yo, ahora, la veo tan de cerca que a menudo me dan ganas de extender el brazo para rechazarla. Cubre la tierra y llena el espacio. La descubro por doquier. Los animalillos aplastados en las carretera, las hojas que caen, la cana sorprendida en la barba de un amigo, hacen estragos en el corazón y me gritan: ¡Ahí la tienes!
Y nunca un ser regresa, nunca... Se conservan los moldes de las estatuas, las hormas que repiten siempre objetos parecidos; pero mi cuerpo, mi rostro, mis pensamientos, mis deseos no reaparecerán jamás. Y sin embargo nacerán millones, miles de millones de seres que tendrán en unos cuantos centímetros cuadrados una nariz, ojos, una frente , unas mejillas y una boca como yo, y también un alama como yo, sin que yo regrese jamás, yo, sin que siquiera nunca algo reconocible de mí reaparezca en esas criaturas innúmeras y diferentes, indefinidamente diferentes, aunque casi similares.
-¿A qué aferrarse? ¿Hacia quién lanzar gritos de desamparo? ¿En qué podemos creer?
-Toda las religiones son estúpidas, con su moral pueril y sus promesas egoístas, monstruosamente idiotas.
-¿Por qué sufrimos así? Es porque sin duda habíamos nacido para vivir más según la materia y menos según el espíritu; pero, a fuerza de pensar, se ha creado una desproporción entre el estado de nuestra inteligencia dilatada y las condiciones inmutables de nuestra vida.
-Yo soy un ser perdido. No tengo padre, ni madre, ni hermanos, ni mujer, ni hijos, ni Dios.
Agregó tras un silencio:
-No tengo sino la rima.
Después, alzando la cabeza hacia el firmamento, donde brillaba la pálida cara de la luna llena, declamó:
6 comentarios:
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roberto! no me pongas "besos" en el blog, que luego la gente piensa cosas raras!! jajaja
see you!!
¿Hago caso a tu comentario del blog o a tu comentario del msn?
Rober
me has dejado sin palabras.
un bso y ánimo campeón!!
Roberto, eres una gran persona, un gran amigo, y con un gran futuro. Que el presente no te nuble todo lo que te falta por descubrir y disfrutar.
Besos.
Grego, muchas gracias por tu comentario y por leer el blog.
Un beso grande
Rober
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