lunes, 14 de mayo de 2007

Dedicatoria de "El Principito". Antoine de Saint-Exupéry



A LEÓN WERTH

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona grande. Tengo una seria excusa: esta persona grande es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona grande puede comprender todo; incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona grande vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueran suficientes, quiero dedicar este libro al niño que esta persona grande fue en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria:

A LEÓN WERTH

CUANDO ERA NIÑO

EdithPiaf: "La foule"

4 comentarios:

zombi dijo...

“Tio, se puso a caer agua de la ostia. A cubos, te lo juro. Los padres y las madres y todo el mundo se metieron debajo del alero del tiovivo para no calarse hasta los huesos o algo, pero yo me quedé quieto en el banco un rato más. Me mojé un huevo, sobretodo el cuello y los pantalones. De alguna manera, la gorra me cubría bastante, pero aún así me empapé del todo. No me importó. De repente me sentía la ostia de feliz viendo a Phoebe dar vueltas y vueltas. Era como un puto baile. Joder, vaya si estaba feliz. No sé por qué. Sólo era que estaba tan mona con su abrigo azul, girando y girando sin parar. Dios, ojalá hubieseis estado allí.”

Anónimo dijo...

Escuchando un cuento puede ser que un niño se duerma, si ha llegado su hora de dormirse.

Escuchando un cuento puede ser que también un adulto despierte, si ha
llegado su hora de despertar.

un besooo!

Lucía dijo...

jo, es precioso
Creo que tengo que volver a leerme el principito, era demasiado pequeña cuando lo hice... Este verano! lo prometo!

besotes rober!

Anónimo dijo...

‘El pequeño príncipe’ no es un cuento para niños. Es accesible, pero no simplista; nos hace penetrar suavemente en un mundo filosófico donde sus personajes somos todos nosotros, los adultos que hemos descubierto el mundo sin esa visión ideal y mágica. Hay que leerlo. Y releerlo. Traducido a 140 idiomas, lo tengo en español, francés e inglés. (Hay peores locuras –sonrisa…-)

Saludos cordiales.
Candi