Orillas del Rhin, Köln.
El lunes de la semana pasada regresé de un viaje excepcional a Colonia, donde mi amiga
Rosae está viviendo este año. Visité, también, Düsseldorf y Bonn. Todos los viajes me sorprenden; éste, sin duda, me ha cambiado.
A la vuelta, terminé de leer "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino. No lo conocía hasta que una exprofesora de música, una persona extraordinaria, comentó, muy discretamente, este blog con un texto que reescribo:
"LAS CIUDADES Y EL CIELO. 3
El que llega a Tecla poco ve de la ciudad, detrás de las empalizadas de tablas, las defensas de arpillera, los andamios, las armazones metálicas, los puentes de madera colgados de cables o sostenidos por caballetes, las escaleras de mano, los terlices. A la pregunta: ¿Por qué se hace tan larga la construcción de Tecla?, los habitantes, sin dejar de levantar cubos, de bajar plomadas, de mover de arriba abajo largas brochas responden: Para que no empiece la destrucción. E interrogados sobre si temen que apenas quitados los andamios la ciudad empiece a resquebrajarse y caiga en pedazos, añaden deprisa, en voz baja: No sólo la ciudad.
Si insatisfecho con la respuesta alguien pega el ojo en la rendija de una valla, ve grúas que suben otras grúas, armazones que cubren otras armazones, vigas que apuntalan otras vigas.
-¿Qué sentido tienen vuestras obras? -pregunta-. ¿Cuál es el fin de una ciudad en construcción sino una ciudad? ¿Dónde está el plano que seguís, el proyecto?
-Te lo mostraremos apenas termine la jornada; ahora no podemos interrumpir -responden.
El trabajo cesa al atardecer. Cae la noche sobre las obras. Es una noche estrellada.
-Éste es el proyecto- dicen."
"Schauspielhaus" de Bernhard Pfau, Düsseldorf.
Viviendas de Frank O. Gehry, Düsseldorf.